lunes, 22 de abril de 2013

Por fin Mi mundo Perdido


  A menudo la gente me pregunta si me inspiro en mis propios hijos y nietos. Sólo puedo responder que ningún niño me inspira excepto la niña que fui una vez. No es en absoluto necesario tener hijos propios para ser capaz de escribir libros para niños. Todo lo que necesitas es haber sido niño alguna vez. —Astrid Lindgren (1907-2002)


Merecía ser la primera entrada que inaugurara este blog, pues en su día decidí bautizarlo con el título homónimo de la obra de Astrid Lindgren: Mi mundo perdido.

Pero, ¿quién era esta autora.. Quien era Astrid Lindgren?

Astrid Anna Emilia Ericsson, fue una escritora nacida en el sur de Suecia, en los albores del siglo XX (1907), acabando sus días a comienzos del nuevo siglo (2002). Casi cien años de vida marcados por una pequeña franja a rebosar de infancia feliz.

Es a mi infancia a la que yo regreso siempre. Cuando voy a casa (en la granja en las afueras de Vimmerby) experimento mi infancia una y otra vez. Todo lo que escribo está tomado de mi propia experiencia…

Pero si no os suena su nombre, seguro que la recordaréis por uno de sus personajes más conocidos: Pippi Calzaslargas (Pippi Långstrump en su idioma nativo) ¿Ahora sí, verdad? Pues sí, Astrid Lindgren dio vida a uno de los personajes más alocados y a la vez fuertes de la literatura infantil, o no tan infantil, porque era conocida por pequeños y no tan pequeños.





Recordando a Pippi Långstrump enseguida se forma una imagen en la mente de una niña que calza unas medias que le quedan por encima de las rodillas, de cabello pelirrojo, peinado a dos trenzas graciosamente levantadas hacia arriba ponderando así la imagen de rebeldía. “Es uno de los personajes que encarna de forma especial los valores que pueblan la obra de Lindgren: el humor, el optimismo y la alegría junto a la rebeldía, la ruptura de estereotipos y la contestación al mundo del adulto” señala el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil.

Pero Pippi no es el objetivo de este post, aunque su mención era obligada dada la importancia del personaje en la obra de Astrid. El objetivo de este artículo es un hermoso libro titulado Mi mundo perdido.




En el siguiente párrafo de esta obra os podéis hacer una idea de la importancia que daba a la lectura, sobre todo en los más pequeños:

¿Qué deseáis para vuestro hijo? Quizá que adelante lo debido en la escuela. Bien, pero en ese caso tenéis que indicarle el camino del libro. ¿No experimentáis a veces el deseo de conocer un poco mejor lo que sucede en ese mundo suyo? En ese caso tenéis que indicarle el camino del libro. ¿Deseáis enseñarle dónde encontrar consuelo si está triste, y dónde encontrar alegría y belleza si la vida le parece gris? ¡Podéis indicarle el camino del libro! Pero, ahora mismo, cuando vuestro hijo tiene seis años. Luego sería demasiado tarde. Demasiado tarde para Blancanieves y para el Doctor Doolittle, demasiado tarde para unas Aventuras de Tom Sawyer, demasiado tarde para encontrar el camino de la más extraordinaria de todas las aventuras.

Tal como comentan en el Centro Internacional del Libro Infantil y Juvenil, en Mi mundo perdido, nos habla de sus tres hermanos Gunnar, Stina e Ingegerd, con quienes compartió aventuras y juegos y quienes se sentían muy ricos (a pesar de no poseer televisión, radio, carro, ni teléfono) pues tenían mucha tierra para correr y explorar, un río donde chapotear y nadar, animales para consentir y querer…”.

Astrid y sus hermanos vivieron en un hogar lleno de amor y afecto. Sabía que su padre se había enamorado de su madre con apenas 13 años y ella sólo 9. “Lo más extraño era que mi padre, a diferencia de otros granjeros, le expresaba su amor a ella todos los días”, dice Astrid.

En este libro, Astrid Lindgren recrea con intensidad y gratitud los años felices de su niñez. Representa, en esencia, su concepción sobre la infancia. Una infancia llena de aventuras marcadas en negro sobre blanco. Una edad en la que la felicidad era sinónimo de libros y juegos, de chistes y cuentos narrados en la cocina por su amiga Kristin. No obstante fue Kristin quien introdujo a Astrid en un mundo de fantasía y excitación que requería sólo la apertura de un libro de cuentos.

Esa rica cultura oral que fue pasando por los oídos de una niña, se convirtió en material susceptible de ser narrado. Así, poco a poco, se iba puliendo con letras de colores el alma infantil de una niña que con los años terminaría siendo una de las escritoras más leídas en el mundo.

¡Los niños son lo más importante de todo! Si queremos crear un mundo mejor, debemos empezar con nuestros hijos! Ellos no tienen rutinas establecidas ni ideas preconcebidas sino que llevan dentro de ellos la posibilidad del cambio.

Ahora que entramos en la semana del “Día del libro”, es el momento ideal para dedicar esta entrada a esa mujer de mirada profunda e inteligente, que supo conservar en algún rinconcito de su alma la esencia de la niñez, y así poder contársela al mundo con la sabiduría que aportan los años. 

Gracias por transmitirme el amor a los libros y darme el empujón que necesitaba para que hoy escriba en mi propio blog… en Mi mundo perdido.  


Referencias:

  • LINDGREN, Astrid. Mi mundo perdido. Barcelona : Círculo de Lectores, D. L. 1991




  • LA buena literatura le da al niño un lugar en el mundo y al mundo un lugar en el niño [en línea]. The Astrid Lindgren Memorial Award. Disponible en: http://www.alma.se/upload/12602/spanish.pdf. (Consulta: 20/04/2013).


No hay comentarios:

Publicar un comentario

 

Mi mundo perdido. Copyright 2008 All Rights Reserved David Fernández García